25/12/07

"Uno no llega a ser quien es por lo que escribe sino por lo que lee"J.L.B.


Cuando aprendí a leer y descubrí el misterio que guardaba una página sin dibujos, leí en pocos días todos los libros que estaban a mi alcance.
Pronto me dediqué a husmear en las pequeñas bibliotecas de los adultos con quienes vivía: mi abuela proveyó Los misterios del triángulo de las bermudas; mi tía, Doña Flor y sus dos maridos; y mi madre una colección en ciernes, los libros que publicaba el Club del Libro de radio Sarandí.
Con esos libros comenzó mi formación, los leí una y otra vez. Esa colección fue mi fiel compañera en cada cambio de casa y país.
El mes pasado decidí que era tiempo de dejarlos ir. ¿Porqué? No sé. Quizá la necesidad de cerrar un ciclo, dejar atrás lo que estos libros simbolizaban, darles nueva vida en manos de otros. Así que realicé una primera "poda" y reservé los más leidos. Con los restantes hice un hato, les tomé una foto y los regalé.
Ahí están, virtuales pero no menos presentes. Marcando el inicio de este blog.

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